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30 jul 20206 Min. de lectura

Érase una vez...

El amor romántico... una bonita fantasía llena de colores pastel, vestidos de princesas, joyas y palacios. Las industrias de entretenimiento nos llenan de historias sin pies ni cabeza, que influyen en nuestra perspectiva de ver la vida y en la manera en la que nos relacionamos, sobre todo en nuestras relaciones amorosas.


Aquí te vamos a dejar cuatro adaptaciones de cuentos de princesas que conocemos prácticamente desde nuestros primeros días de vida, estamos seguras de que vas a adivinar de quien te hablamos desde el principio.


 

Mi nombre es Alondra, la verdad es que toda mi vida me he sentido más cómoda conviviendo con niños. En mi escuela hay varias niñas que me juzgan por juntarme tanto con ellos, me dicen lesbiana y no tendría problema si lo fuera, pero me molesta que lo utilicen como ofensa. Hay una niña en específico que me odia a muerte, me trata muy mal y sus palabras hacia mi siempre están llenas de veneno.


Una vez conocí al chavo de mis sueños, me encantaba, le juré amor eterno y él a mi, casi me mudaba a su casa, fue cuestión de besarlo una vez para enamorarme completamente de él. Pero me engañó, me usó como si fuera un objeto y me dejó. Creo que tiene que ver con mi reputación, la misma que se construyó alrededor de mi elección de amistades. El tema es que tengo un grupo de amigos, siete en realidad, conmigo ocho, todos son hombres.


Me gustaría poder tener las amistades que quisiera sin miedo a que me juzguen y creen historias sobre mi. Me enoja que crean que las mujeres tenemos que ser delicadas y juntarnos con mujeres ¿por qué si los hombres tienen muchas amigas les dicen dioses pero si las mujeres tenemos muchos amigos creen que nos acostamos con todos y por ende somos zorras?.




(Adaptación del cuento de Disney "Blancanieves" por Karen Salas)

(En el cuento, Blancanieves tiene 13 años)



 

Sucede que un día asistí a una fiesta de puras mujeres en casa de una conocida; realmente no éramos muchas, habíamos como veinte mujeres en total y entre ellas estaba la niña que me gustaba, así que estuve nerviosa toda la noche, intentando acercarme a ella.


Todos mis intentos fracasaron porque una de mis amigas me alejaba de ella, me hacía a un lado y me decía que debía convivir con todas, pues sabe que soy un poco tímida. Estuve tomando con ella un rato, hasta que me empecé a sentirme mal.


Estaba ebria.


Recuerdo que dos chicas me subieron a un cuarto para que me durmiera y se me bajara un poco el alcohol, al rato, ocurrió algo inesperado. Entre sueños tuve una sensación en mis labios, una especie de calor y cosquilleo. Abrí mis ojos y vi a mi amiga, la misma que estuvo muy insistente durante toda la fiesta.


Resultó que me había emborrachado para poder besarme sin mi consentimiento, tomándolo como un acto romántico y tierno, creyendo que yo no lo recordaría o, con la fantasía de que despertaría para corresponderle; pero la realidad es que sólo me quedé congelada, no supe qué hacer y el recuerdo continúa en mi memoria.


Hubiera preferido que expresara sus sentimientos de otra manera, el hecho de que se adelantase a un contacto físico no lo sentí correcto, no es la manera en la que me hubiera gustado saber que mi amiga sentía algo por mi.




(Adaptación del cuento de Disney "La bella durmiente" por Xare Hilarion)

(En el cuento, Aurora tiene 16 años)


 

Toda mi vida soñé con más que un beso de amor verdadero, soñé con tener el suficiente dinero para salirme de la ciudad donde vivo tan pobre, pero mi padre, Tritón, siempre me dijo que no me fuera de ahí porque por ser mujer no podía tener tantas libertades ni podría valerme por mí misma, jamás me dejaba salir de casa más que para comprar la comida.

Un día conocí en el súper a un muchacho muy guapo y apuesto, resaltaba su condición económica alta, experimenté eso que llaman amor a primera vista. Cuando se dirigía a su coche tuvo problemas para arrancarlo y dice que yo le salvé la vida porque me encargué de arreglar el pequeño problema en el motor. Me ofreció volver a vernos a modo de agradecimiento, yo sabía que él era mi razón para poder irme de mi ciudad.

Le pedí ayuda a una chava que jamás me ha caído bien, pero tiene dinero y le pedí prestado para comprar ropa cara y aparentar ser de la condición económica de él. Para no hacer el cuento largo, salí con él por mucho tiempo y por más que intenté que se quedara conmigo para siempre terminó descubriendo mi mentira. Le rogué mucho tiempo que no me dejara porque teníamos algo único y estábamos destinados, pero el amor no es como con las princesas. Dejé mis orígenes y quien era por un hombre que también me abandonó y ahora ya no sé quién soy ni lo que quiero para mí.


( Adaptación del cuento de Disney "La sirenita" por Montse Ramos)

(En el cuento Ariel tiene 16 años)


 

Acababa de salir del clóset con mi familia, no les parecía, y lo descubrieron porque salía a escondidas a conocer chicos, jamás lo vi mal, solo quería conocer gente como yo, pero mi familia lo tomó mal y después de eso, no me dejaban salir, ¿sabes? Me sentía encerrado, limpiando, viendo la tv, leyendo...


Un día unos amigos me invitaron a salir a un antro lgbt y yo moría por tener esa experiencia, quería vivir, sentirme libre, pero, no sabía ni que ponerme, mi amiga (que mi mamá quería que fuera mi novia) llegó a mi casa con el pretexto de ver películas, me trajo un crop top y unos jeans ajustados y nos escapamos de casa, ella tenía que regresar a la suya a la 1 am así que, regresaríamos a mi cuarto como si nada hubiera pasado. Nos dirigimos al antro, entramos y wow, todo era de colores, radiante, podía sentir la libertad de ser quien soy, y bailando, a lo lejos un chico me guiñó el ojo, por supuesto que volteé como si no hubiera visto nada y seguí bailando mientras bebía mi perla negra y al poco rato siento un golpe en el hombro, era él, tenía un brillo inconfundible, talvez mezclado con las luces y por supuesto el alcohol, me preguntó mi nombre y le dije mi primer nombre, el que casi nadie usa y él me dijo el suyo, era Diego, bailamos toda la noche, platicamos mucho, el también quería estudiar danza como yo.


Sin embargo unas horas después Tamara me dijo que eran las 11:50, teníamos que irnos, me despedí de un abrazo y él me pidió un beso, nos besamos y me fuí.


Hey, le dije que me llamaba Evan, y ese nombre no está en facebook, lo había perdido para siempre, regreso a casa solo con el recuerdo de una noche espectacular, con un hombre hermoso, y resignado a no volverlo a ver.


Pero, me buscó, preguntó por mi, y resultó que teníamos amigos en común (como no pude ver a un hombre tan hermoso), me encontró en instagram, me escribió un mensaje “Hey soy Diego” la zapatilla calzó perfecta, era yo, era él y fuimos nosotros.


(Adaptación del cuento de Disney "Cenicienta" por Baruch Pozas)

(En el cuento, Cenicienta tiene 19 años)


Esperamos que leer estas adaptaciones te haya ayudado a analizar un poquito mejor el contenido que consumes y el que le mostramos a las niñas y los niños. No te decimos que dejes de verlos, la verdad es que a nosotras también nos crea "maripositas en el estómago" a veces, pero conforme vas siendo consciente, comienzas a dejar de reproducir lo que aprendes en estas películas.


La realidad es que el amor sí es bonito, no debe de lastimarte, quizás duele a veces, pero el fin del amor no es lastimar ni violentar a ningunx de les integrantes. De todo corazón deseamos que encuentres al mejor o la mejor acompañante para este momento de tu vida y que puedas disfrutar del calorcito del amor.


Si lo encuentras hoy o mañana o dentro de tres años, no te conflictúes, estar solx no está mal, estás completx y si sigues en la búsqueda del amor de tu vida, asegúrate de ser tú mismx.

Te queremos y que viva el amor... no idealizado.



 

Contenido que puedes checar si te interesa seguir desarticulando el amor romántico:


Libros:

  • Herrera, C.. (2018). Mujeres que ya no sufren por amor. Madrid: Catarata.

  • Herrera, C.. (2019). Hombres que ya no hacen sufrir por amor. Madrid: Catarata

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